El embotamiento mental
produce estupidez, y así vamos desencadenando nuestro estado actual de idiocia
nacional.
De repetir ideas, “creemos”
creyéndolas sin habernos parado, alguna vez, a analizar … así, de no procesar y
“diluir”, hemos llegado a saturarnos y no aplicar la lógica, no cuestionándonos
los principios en los que ese fundan las ideas que se transmiten …
Y así hablamos de
democracia, y al par asumimos la desigualdad de trato, entre políticos y
ciudadanos, siendo los únicos junto al rey que se ponen el sueldo a su arbitrio
(los de las cuentas privadas dependen de sus cuentas de resultados…), igual
incongruencia admitir los derechos históricos de singulares regiones o
nacionalidades que prevalezcan en las cuentas de resultados del presente
incurriendo en disparidades aberrantes de todos los contribuyentes, … y sobre
si tiene derechos de organizar referéndums con repercusión autoritaria de las
partes sobre el todo… y sobre la solución de resolver el presente con una solución
ya resuelta en el siglo XVIII por las colonias británicas en su lucha por su independencia
de la corona británica … para emanciparse de la metrópolis por las cargas
desproporcionadas de impuestos, … y otro enmascaramiento, la solución eufemística ... con la “federación”…
Y en estas ideas bailaban
los ponentes, Iglesias, Abascal, Casado, Rivera, y Sánchez, con discursos de
componendas, pero sin soluciones globales, parcheando con soflamas con las que
calentar “a su público” como chulos de barrio …
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