jueves, 24 de octubre de 2019


Respecto al MONUMENTO A LOS CAÍDOS donde el urdidor y promotor sale descaradamente favorecido.



Desenmarañemos nuestras mentes de connotaciones que un pasado interesado ha venido labrando …


Todos los que se han endiosado a sí mismo, o consentido por aduladores adheridos a su convenio, han pretendido legitimar sus acciones queriéndolas revestir de magnificencias y grandiosidad, adobándolas con la religiosidad convenida en su contexto… para esconder tras ella, razones turbias que toda conciencia humana reprueba por inhumanas …


Fueran los faraones del Antiguo Egipto con sus pirámides los que emularan disponer, al igual que en la tierra, su trono en el cielo, pues considerándose hijos de dioses, así tratados querían ser.


También en China el primer emperador, se arrogara disponer de un túmulo que le entronizara en una vida futura sobre sus enemigos … 


Muchos otros buscaran cobijo en los terrenos sagrados y así promovieran la construcción de abadías, monasterios y catedrales que sus restos albergaran, y así ostentaran, panteones, como los antiguos romanos … y así junto a reliquias de santos, se conjuraban entorno a los altares cuales catafalcos de culto…


Hoy 24 de octubre, se procede a liberar de la historia una memoria impuesta, para exaltación de vencedores y oprobio de vencidos. Pues lo que vemos en tal monumento es un relator pétreo de escudos y emblemas, en contra de quienes “en su libre albedrío” optasen por otras confesiones que no fueran las de los aplastantes negadores del contrario.  Así resulta ser lo que pretendieran, una imponente cruz que aplastara y aniquilase al enemigo. Cuando tu enemigo era tu propio hermano, hijo de ese dios declarado y de la misma madre patria, postergado y de dignidad despojado.


El monumento lo es de oprobio y aberración. 


Sepamos salvaguardarnos mediante los valores de tolerancia y respeto sin excluirnos.

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