A
la cultura de unión y cohesión europea le ha surgido una cultura de la extranjerización
desarrollada por los nacionalismos
endógenos, haciendo valer esa identidad desacerbada del pasado frente a los
restantes vecinos, pero a este tipo de nacionalismo viene a sumarse otro, el
propio nacionalismo exógeno desarrollado por los extranjeros inmersos en
nuestra sociedad, desarrollándose UNA EXTRANJERIZACION CULTURAL que nos hace
recelar del otro, más cuando a través de las redes internautas se intoxica con
informaciones erróneas y manipuladas...
Ante
esta invasión de toxicidad no disponemos tampoco de una salud democrática
resistente que nos inmunizara del fenómeno “epidémico” … Por esta razón es crucial
construir un ESTADO DE DERECHO robusto …
Si nos dotamos de estructuras fraudulentas que
declaran unos principios, pero ejercen otros, está sociedad está condenada a la
barbarie. Una sociedad justa ha de garantizar las garantías mínimas para su
supervivencia y progreso. Todos estamos obligados a aportar desde la justicia,
las garantías. Cuando torcemos el fin último de las garantías de los
derechos que dan cauce a la justicia, minamos las bases...
Por ello, la dejación de funciones, no cumplir las
normas establecidas, colaborar en el delito o servirse del fruto del delito
para extorsionar o alterar, fomentar el fraude dando mentiras por verdades,
aunque sean medias verdades, … socaban la salud democrática, la
confianza en las instituciones. De aquí que, SI EXIGIMOS A LOS PROFESIONALES
QUE SEAN COMPETENTES Y NO NEGLIGENTE, APLIQUEMOS ESTOS PARÁMETROS A TODOS POR
IGUAL SIN EXCEPCIONES. Los cargos políticos por igual, sin aforamientos, sean
expuestos y sancionados los ineptos, y si ineptos y corruptos, no malversen ni
cohagan fraudes...
Una sociedad para
ser organizada en y con justicia simplemente
ha de pretender que sus integrantes reciban y aporten equitativa y
proporcionalmente sus esfuerzos, contribuyendo a su mantenimiento y progreso
garantizándose, cual cuerpo, su salud y disfrute de los que se dota en paridad
con sus iguales… Para ello, PRIMERO, HA
DE INSTAURAR LOS VALORES SOBRE LOS QUE SE VA A CIMENTAR Y CONSOLIDAR ANTE LOS
DEMÁS, ESTO CONSTITUIRÁ SU IDENTIDAD COMO COLECTIVO. Y una vez lograda esta
identidad “nacional y nocional” construir la especialización de sus respectivos
“trabajadores” de recursos que nutran y garanticen el bienestar presente y
futuro de su pueblo-sociedad.
Es fundamental
esta coherencia identitaria para establecer una armonía social. Cada ciudadano
es consciente del valor de su conducta, de ella responde dentro de un código de
cohesión y una moral de convicción.
Claro es, que
quienes “trabajadores” serán más o menos cualificados, pero nunca discriminados
de su carácter de ciudadano… unos serán de un determinado sector de producción,
otros de campos específicos y concretos, los que construirán y diseñarán
edificios, casas o máquinas, … los que los construirán, mantendrán, repararán …
pero todos armónicamente miembros de este cuerpo al que honestamente y
coherentemente con nuestras capacidades disponibles contribuyéramos. Contribución
sin “aforamientos” según nuestras posibilidades, edad, sexo, dotes
intelectuales, artísticas, creadoras …
CUANDO EXISTE DESCRÉDITO
Y DESAFECCIÓN EN LAS INSTITUCIONES QUE NOS GOBIERNAN, LAS PROPIAS NORMAS
LEGALES SE VUELVEN TIRÁNICAS Y REBATIDAS… ESTE ES EL PUNTO DE APOYO DE LOS QUE
MINAN NUESTRA CONVIVENCIA SOCIAL.
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