Aviso a navegantes
aturdidos por el desencanto y la desafección.
(En torno al artículo de opinión de MRB en Faro de Vigo, del
4 de marzo de 1983)
Después de leído, pienso en su estilo de pensamiento.
Mariano Rajoy Brey, ha llegado, donde ha llegado por el arte
del disimulo, por el propósito de no molestar a nadie, contemporizando con unos
y con otros. Pareciendo, convenciendo que está contigo, cercano, te comprende; dice
estar con la clase media, con los que emprenden, con los que trabajan duro,
está con la investigación… está en todas partes y con todos, con Camps y con Bárcenas,
con Rita y con Fabras, con Rato y con Aznar… ameniza con todos, aparenta ser
del entorno, incluso parece que gana poco, como uno más… es un
Claudio-emperador, con tics gestuales, habla farfullera corregida con los años,
pero el chico, parece de los tuyos.
Pero es clasista, despiadado, inmisericorde, las heridas que
deja su política en las gentes no le mueven para paliarla; argumenta y justifica
aplicarse por un bien necesario, por la superación de la crisis; crisis
ocasionada por tanto despilfarro “social” … aunque los resultados sean críticos
por desiguales, encumbrando mucho a pocos y arruinado totalmente a muchos. Entonces
racionaliza y aflora su selección natural, “no somos iguales”: justifica que
los ricos lo son por capacidad… capacidad inmoral, para consentir y aplicar la
explotación laboral y humana.
Trajinaba, ya de años, la contabilidad opaca, como las
tarjetas, mientras hablaban de transparencia… su gobierno demuestra aplicar un
discurso que no es semántico con el entender llano… realmente usan un discurso
capcioso, con doble intencionalidad, una la expresa, la otra soterrada. Utilizan
un discurso “encantado” que embauca a los “desconcertados y aturdidos”
Retrotrayéndome a 1983, entonces Mariano tendría 28 años, ya
está situado, es registrador de la propiedad, pertenece a una estirpe-casta económica,
el dinero le entra como si nada, y cual terrateniente o senador romano se
dedica a la política, en el sentido literal, al neg-ocio. Es ya diputado por su
comunidad y goza de padrinazgo. Es un chico bueno en el sentido aparente de la
palabra. Pero quiere llamar la atención en el terreno público, darse a conocer,
y lanza su soflama.
Decir, aporta poco, un solo libro le vale para sostener su
pensamiento, lo recubre de una ciencia farragosa imprecisa, pero en la que
quiere improntar enjundia y saber. Como si la vida solo admitiera un estilo de
existir, acapara el pensar “de los del siglo VI”, antes de cristo, con arrebato
apodíctico, y saltándose toda la corriente humanista del Renacimiento, la
Reforma luterana y la Contrarreforma católica, el Enciclopedismo y la Ilustración,
las revoluciones e independencias en países punteros, y el propio mercantilismo,
se coge a Mendel -y podía haber tomado también a Darwin- y pontifica que como
guisantes perpetuamos no solo la biología sino la frenología.
Inviste de dogma una pseudociencia que pretende legitimar la supremacía
de unos hombres-estirpe, frente a otros… de esto ya han pasado 32 años. Las personas
inteligentes evolucionan porque son capaces de aprender y del aprendizaje,
recomponer los argumentos y criterios que rigen su comportar. El pensamiento
humano evoluciona a lo largo de la historia, pero también regresiona. Considerar
que el pensamiento humano no compendia la integración de las experiencias de
todos los pueblos, es una ofensa a la propia inteligencia. Simples son sus
consideraciones, pero “concluyentes” para su propósito.
Hace un discurso “políticamente correcto” de “regresión”,
amoldado a su auditorio… un auditorio que hoy goza de su agrado, porque domina
ese discurso ambiguo, ese congraciamiento de tópicos, ese antigregarismo de
quienes –“muertos de hambre huyeran de la penuria-. No quieren ser como su
vecino y quieren ser más, y entonces trepan y emulan formas camaleónicas para
parecer lo que no es, revistiéndose de triunfadores… ¿De dónde surgen entonces
esos votos que sustentan su gobierno?
Mariano es lacayo de jefes, lo fue de Franco, lo fue de Fraga
y ahora de Merkel. Él no tiene ideas, la toma de los que mandan, y cual
cangrejo ermitaño se amolda al cascaron de la caracola de turno, pero sabe una
cosa, parecer que es de los nuestros, que está a nuestro lado, que nos
comprende, que hay que bajar impuestos, aunque luego los suba, que los
servicios públicos sean de calidad mientras que siegan su fuentes de financiación…
las retribuciones, moderadas, mientras sus cargos la revientan con sueldos desmedidos
y pensiones vitalicias…
En fin, por más, Rajoy es la Bruja Circe, y mientras que
no le desenmascaremos seguirá convirtiéndonos en cerdos que hozamos los suelos
y proporcionamos suculentos jamones a otros, los mejores, los aristócratas de
las finanzas y mercadeos. ¡Que es un farsante!, de tomo y lomo, pero creído por
sus votantes.
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