Sin hablar de política, voy a referirme al asunto
de Catalunya, Catalonia o como se quiera llamar. Desde el respeto y desde
el corazón, pero sin fanatizar ni enturbiar con otros asuntos.
La Cataluña de
siempre está ahí en la parte superior derecha de esta península Ibérica. Por su
situación de entrada y salida del continente ha vivido el flujo y reflujo, cual
marea oceánica, de los trasiegos sociales, e inherentemente culturales, económicos,…
y como linda con el mar, igualmente se embarcaba en él. De lo que no ha habido
dudas es que según consta en los hechos referidos a través de la historia, es
de la existencia de una casta autóctona, “señores” de tal o cual lugar, que ejercían
de referentes, y que estos desarrollaron una colaboración entre sí en defensa de
su “organización socioeconómica y cultural identitaria”. [Castilla también disponía de esta estructura de “Consejo
o Comunidad”, que por la presión de las casas monárquicas reinantes en su
propio espacio y suelo, fue “secada”, primero por los Ausburgos y luego por los
Borbones].
Así queda reflejado en la insignia nacional de las
Españas, nuestra singularidad es que seguimos manteniendo una situación medieval
de vasallaje, pese a presentarnos como uno, no existe la integración sino “anexión”
y seguimos pleiteando en/por centralizar o mantener los “feudos o taifas”. El escudo
de España ostenta y detenta cinco cuarteles, uno para el Reino de Castilla,
succionador de los de León, Asturias y Galicia. Otro para el Reino de Aragón,
donde el Condado de Barcelona, la Seo de Urgell, los Reinos de Valencia y de
las Islas, jugaban sus circunstancias. El Reino de Navarra y el Señorío de
Vizcaya (siempre se han evidenciado diferencias
por ejemplo en cuanto a los ramales del Camino de Santiago, el tramo de Aragón
y el otro, el tramo de Navarra). El hecho
histórico que Aragón se extendiese y constituyera sobre el Mediterráneo y luego
se “replegase”, mientras que Castilla se asentara sobre el resto de la península,
y mantenga hasta la fecha esa mentalidad “metrópolitana” sobre las colonias
avasalladas –de vasallaje, donde los “Grandes
del Reino” eran los dueños de estos territorios de conquista, pero “hacían la
corte” en la Corte capital-, deja a las
claras una rivalidad, un resabio, un malestar de competidores vecinales.
En el fondo seguimos sin resolver nuestra identidad,
el problema no está en las formas que nos damos (el estado de las autonomías),
el problema, la cuestión -y no es el problema en sí, el problema es que la
conciencia “de pueblo” se perciben y nos perciben distintos y
diferentes, y buscan ejercer su identidad… negar este hecho identitario es el
problema. {Asemejo
esta situación al adolescente “conflictivo” (área de la personalidad) de
cualquier familia que se quiere marchar de casa, pero mientras que está en
ella, desquicia…; tengamos la amplitud de miras… y además añadamos que este
adolescente, dispone de ingresos (área de la contabilidad) y claro, si se va…
se pierden ingresos “familiares” y si se queda, andamos en disputas de/en cuánto
pones y cuánto dispones}.
Y llegado el momento, expreso mi opinión con un:
DEBIÉRAMOS DEJARLES IR. Pero sigo porque el asunto no es solucionable con un
tajo, cual nudo de Goldio, en el momento presente, dejando el “histórico”, es
que “el sentimiento independentista” lo dinamizan, parece ser, la séptima parte
de los catalanes, un millón frente a seis que no lo viven de igual forma. Entonces
ahora viene el “juego democrático”, que si “mayoría absoluta o mayoría simple”,
“de todos o de los presentes”, es decir en estilo vecinal, de todos los
propietarios o de los que asisten a la reunión… Pero el problema de Cataluña no
es de Cataluña, es un problema de identidad, de quienes son “los españoles”,
y “de Naciones Unidas y del Derecho Internacional",…. La escisión “de un Estado”
y la incorporación en la Sociedad “de Naciones”, no dispone del “rito de
iniciación” pertinente… esta es otra situación a resolver.
Para no “perderme” en la exposición de mi idea, he
dejado a un lado Galicia, Andalucía,… el asunto es un asunto de justicia e
inteligencia, antes mencionaba a “casas reinantes”, hoy no radican aquí las
razones, aunque las estructuras “políticas” pueden actuar igual, “aplastando”; por
eso creo que es una prueba de inteligencia, amén de justicia… Pero que es
necesario afrontar y resolver…porque la solución que dieron J.M. Aznar López o J.L.
Rodríguez Zapatero tanto con Cataluña como el “concierto Vasco” no es justa
para el resto de la “casa y familia” que sigue viviendo en el hogar de “Españas”.
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