lunes, 19 de agosto de 2013

Tenemos la necesidad de empezar por el principio.

No responsabilizo a los "políticos", responsabilizo al SISTEMA. Resulta, cuanto menos imprudente que nos dejemos gobernar por "encantadores" ineptos.

A fin de cuentas, en cuanto que nuestra democracia no es directa, debiéramos exigir que nuestros gobernantes dispusieran de unos "mínimos" para el ejercicio del Cargo, porque a la fecha, improvisando nuestra naciente DEMOCRACIA, nos olvidamos de "cualificar" a los "timoneles", que no valen ni para mover la nave en puerto, y así andamos dando "tumbos" y restregones, a babor y por estribor, que aquí con "echar el muerto" al otro, se les acaban las argucias. Y el barquito, mientras, haciendo aguas.

CONTRADICCIONES QUE CONTRADICEN:

Resulta contradictorio que para que ejerzamos una profesión con la que ganarnos la vida, hemos de demostrar "teórica y prácticamente" en realidad que somos APTOS para su ejercicio. Y si en el desempeño profesional, por nimio que fuese, infringiéramos un error, incuestionablemente, se nos moviliza el "sistema de alerta" y sanción.

Observo otra posible incongruencia, el intrusismo laboral en la esfera política: el "arquitecto" tiene reconocimiento para el aspecto urbanístico y de la construcción; el abogado, con lo relacionado con leyes y demás aspectos del ordenamiento jurídico, en el sentido amplio de la materia, y así los demás asuntos. Sin embargo, "la política" inviste de sabiduría al necio, y al inepto lo hace capaz, y al mediocre mental, sabio y docto.

Pues veamos como los Puestos mejor retribuidos... (No olvidemos dietas, "sobresueldos", las tres o cuatro Pensiones por ocho años de "ejercicio", algunos nombramientos en consejos de administración -de aquellas empresas que fueron de todos y que ahora forman parte del "Olimpo privado" de estos "adosiados" gestores, dígase Telefónica, Endesa, donde van a parar nuestro ilustres, aznares, gonzáles, zapateros y ministros salgados, ... que en su gestión pública beneficiaron dádivas privadas. Tamaña "proeza" política, amén de "elevar" el entorno familiar al nuevo nivel alcanzado por el "político".

Es fehaciente que estos "cargos-puestos" al ser "concedidos" han de ser agradecido (no al pueblo "donde reside y emana la soberanía", sino al "arriero" que guía a la recua, y aquí empezamos a confundirnos).

Pues si, para el ejercicio de estos puestos puedes ser lo que sea, da lo mismo registrador de la propiedad que abogado del estado, o no. Más será lo segundo que lo primero. Así tuvimos a una tal Celia Villalobos, que fuera Ministra de Sanidad, la cual hurgando entre papeles, no parece que ni acabara Derecho, porque en medio de la Carrera se desposará con un tal Pedro Arriola, correligionario en la trepaduría de, la entonces, Alianza Popular. Y nuestra actual Ministra Sanitaria, Ana Mato, según se dice licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, tan capaz que era diligente en asesorar al "partido" -en la partida que jugaba con su, entonces cónyuge Jesús Sepúlveda, de todos conocidos- y conciliar vida familiar y universitaria. Yo, por mi experiencia "en milagros no creo" eso si, en la flauta y en la casualidad. Y mi "cuestión" es, ¿tiene que ver Derecho o CC. Políticas y Sociología con Sanidad? Se ve que para gobernar no hace falta saber.

Y así en un partido u otro, y de ambos sexos. El sistema educativo de poco vale en sus alforjas salvo para colocar a los amiguetes del colegio como asesores, por lo buenos colegas que fueron. Y estos son los que nos quieren dar lecciones de "mérito, capacidad y esfuerzo", por cierto el mismo que quiso COMPRAR con dinero público con torcidos procederes "la Medalla del Congreso" de los EE.UU., y ya luego, para deshonra propia de las Universidades, de esos títulos regalados Honoris Causa... a este imprudente, por ocho años... lo que a los demás les exige todo el trabajo de toda su vida, ¿o no?


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