No responsabilizo a los "políticos", responsabilizo al SISTEMA. Resulta, cuanto
menos imprudente que nos dejemos gobernar por "encantadores" ineptos.
A fin de cuentas, en cuanto que nuestra democracia no es
directa, debiéramos exigir que nuestros
gobernantes dispusieran de unos "mínimos" para el ejercicio
del Cargo, porque a la fecha, improvisando nuestra naciente DEMOCRACIA, nos
olvidamos de "cualificar" a los "timoneles", que no valen
ni para mover la nave en puerto, y así andamos dando
"tumbos" y restregones, a babor y por estribor, que aquí con "echar el muerto" al otro, se les acaban las
argucias. Y el barquito, mientras, haciendo aguas.
CONTRADICCIONES
QUE CONTRADICEN:
Resulta contradictorio que para que ejerzamos una profesión con la que ganarnos la vida, hemos de demostrar "teórica y prácticamente" en realidad
que somos APTOS para su ejercicio. Y si en el desempeño profesional, por nimio que fuese, infringiéramos un error, incuestionablemente, se nos moviliza el
"sistema de alerta" y sanción.
Observo otra posible incongruencia, el intrusismo laboral
en la esfera política: el
"arquitecto" tiene reconocimiento para el aspecto urbanístico y de la construcción;
el abogado, con lo relacionado con leyes y demás
aspectos del ordenamiento jurídico, en el sentido amplio de
la materia, y así los demás asuntos. Sin embargo, "la política" inviste de sabiduría
al necio, y al inepto lo hace capaz, y al mediocre mental, sabio y docto.
Pues veamos como los Puestos mejor retribuidos... (No
olvidemos dietas, "sobresueldos", las tres o cuatro Pensiones por
ocho años de "ejercicio",
algunos nombramientos en consejos de administración
-de aquellas empresas que fueron de todos y que ahora forman parte del
"Olimpo privado" de estos "adosiados" gestores, dígase Telefónica, Endesa, donde van a
parar nuestro ilustres, aznares, gonzáles, zapateros y ministros
salgados, ... que en su gestión pública beneficiaron dádivas privadas. Tamaña "proeza" política,
amén de "elevar" el
entorno familiar al nuevo nivel alcanzado por el "político".
Es fehaciente que estos "cargos-puestos" al ser
"concedidos" han de ser agradecido (no al pueblo "donde reside y
emana la soberanía", sino al
"arriero" que guía a la recua, y aquí empezamos a confundirnos).
Pues si, para el ejercicio de estos puestos puedes ser lo
que sea, da lo mismo registrador de la propiedad que abogado del estado, o no.
Más será lo segundo que lo primero. Así tuvimos a una tal Celia Villalobos, que fuera Ministra de
Sanidad, la cual hurgando entre papeles, no parece que ni acabara Derecho,
porque en medio de la Carrera se desposará con un tal Pedro Arriola,
correligionario en la trepaduría de, la entonces, Alianza
Popular. Y nuestra actual Ministra Sanitaria, Ana Mato, según se dice licenciada en Ciencias Políticas y Sociología, tan capaz que era diligente
en asesorar al "partido" -en la partida que jugaba con su, entonces cónyuge Jesús Sepúlveda, de todos conocidos- y conciliar vida familiar y
universitaria. Yo, por mi experiencia "en milagros no creo" eso si,
en la flauta y en la casualidad. Y mi "cuestión" es, ¿tiene que ver Derecho o CC.
Políticas y Sociología con Sanidad? Se ve que para gobernar no hace falta saber.
Y así en un partido u otro, y de ambos sexos. El sistema
educativo de poco vale en sus alforjas salvo para colocar a los amiguetes del
colegio como asesores, por lo buenos colegas que fueron. Y estos son los que
nos quieren dar lecciones de "mérito, capacidad y
esfuerzo", por cierto el mismo que quiso COMPRAR con dinero público con torcidos procederes "la Medalla del Congreso" de
los EE.UU., y ya luego, para deshonra propia de las Universidades, de esos títulos regalados Honoris Causa... a este imprudente, por ocho años... lo que a los demás les exige todo el trabajo de toda su vida, ¿o no?
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