viernes, 17 de mayo de 2013

reliquias por blasones, blasones por reliquias


La dualizacion simplifica y trivializa los hechos; y la simplificación de los hechos conlleva el riesgo de desvirtuar la explicación y razón de sus causas y consecuencias. Pero de igual modo que buscamos el contraste para obtener una clara percepción de las diferencias que les construye, así nos vemos obligados a proceder.
____________________________________________


Las sociedades en lo referente a sus opciones políticas se orientan hacia dos polaridades (el asunto religioso no deja de ser "casus polis"). Los que se acomodan a un sistema de gobierno y los que se revuelven porque se sienten incómodo en él. En ambas posturas busca el individuo su beneficio. Pero como siempre, de las dos opciones, los de uno de los bandos, unos terminan quemados y otros, los menos, apropiándose de los beneficios más suculentos, disfrutan; eso sí, proporcionalmente a la jerarquía.

Pero hay un tercer grupo, llamémosle "de los aficionados", que prácticamente lo único que llegan a obtener y disponer es "de la adhesión y vinculación emocional con un determinado tótem virtual y simbólico" de pertenecer a esa "opción veraz de certidumbre" de estar "en lo cierto". Sobre este "argumento o doctrina", unos revisan pero los hay que ni analizan, sino fanatizan. Y dentro de este "espacio" aparecen los "mártires", aquellos que ciegan y cierran tanto las opciones que se inmolan por esas creencias.

En relación con este esquema mental quiero tocar el asunto lejano de los antropófagos, devoradores y devorados en un juego de complementariedad acordada. Hoy bajo el tabú del canibalismo, repudiamos la práctica material, sin embargo quiero navegar en esta idea. No siempre las víctimas en este ceremonial accedían al ritual de un modo cruento, hubo también "acuerdos de las partes" donde la víctima adquiría tras la autoinmolación una garantía de un "cielo" futuro. Este ejercicio era "consensuado" y aun hoy lo seguimos palpando con los yihadístas musulmanes, o en el lejano martirologio católico, válganos estos ejemplos.

Nuestra católica iglesia ha jugado y sigue jugando en nuestros días con sus liturgias y autos este juego, donde los restos biológicos de determinados difuntos son "elevados" a la categoría de amuletos, incurriendo en el oscuro nivel-realidad paralela de lo onírico y delirante, ese pensamiento mágico de conseguir taumatúrgicamente mediante ritos, abluciones, exorcismos,... lo que la naturaleza regula y nada más que ella puede hacer y dar. A estas alteraciones le llaman milagro y la iglesia vende estos milagros, milagros que ni el propio Dios aplicó a su Hijo ante la "inmolación" de su "pasión", ni su Hijo consigo mismo, cuando "las tentaciones" en los cuarenta días en el desierto. Pues si los artífices no lo admitieron, ¿a qué ahora este montaje "orquestado"?

¿Pasión?, apasionado, de padecer, o ¿de obsesión? De todos modos, en pleno 2013 y estas liturgias... Que ni el mismo Ramón María del Valle-Inclán llegara a imaginar en sus aquellos "Romances de Lobos" o "Águilas de Blasón",... Y acudirán los pasmados, cándidos y estúpidos a esta "corte de los milagros", creyentes aún de que el sol gira entorno a la Tierra. Una Tierra hecha en siete días, y la vida, una película de buenos y malos.

Creer es eso, un absurdo, en el que vivimos, ¿pero también ridículo?, ¡En fin, amén!

No hay comentarios:

Publicar un comentario